martes, 20 de diciembre de 2016

Diciembre en verano.

⁠⁠⁠La noche se olvidó de dormir y las estrellas de brillar, el sol detuvo el calentamiento global y la lluvia paró de mojar, contigo en la cama no hay quien pegue ojo, quien vea más luz que tus ojos, quien sienta frío y quien quiera más agua que la de tu sudor. 

Llegaste deteniendo enero, se acabaron la sed y las noches sin más.

Siempre se me hace tarde cuando se trata de ir a verte, y es que, no corren igual las agujas de mi reloj contigo que sin ti. 

De pequeño me enseñaron que había que subir a la cima, y hoy entiendo que no hay mayor cima que la que hay encima de ti.

Desarrollo una ludopatía innata en mi, jugando a ganarte para no perderte, apostando todo al negro para disimular este rojo que me provocas al sonreír.

Discuto con los verbos insolentes que conjugan frases que solo se dirigen a ti, destrozo los adoquines que no tienen tus pisadas, rompo los espejos en los que no nos hemos reflejado.

Hay alfombras que nos ofrecen noche con desayuno incluido, hay momentos que se piden entrar en bucle para no acabar. 

Escribo sobre el margen para que no haya ni un espacio sin ti. No te preocupes los días que veas que no puedes, que te inyecto la dosis de perspectiva que necesites.

Son las 11:30 y diciembre aprieta para arañar algo de verano, el sol calienta las calles cubiertas de hojas marrones,  contrastan las estaciones como si no quisieran perderse ni uno de tus besos. 

Tu camina, que yo te sujeto y si te entra frío, no te preocupes que te amanezco diciembre en verano.


 

miércoles, 19 de octubre de 2016

Como dice aquella canción.

A veces me trabo al intentar explicarte que me quedo con las ganas cada vez que parpadeas y no sé cómo pedirte que me cueles entre tus ojos para ver que miras al dormir.

Tartamudeo al explicarte que entre tus piernas me olvido de cualquier cama. Llegaste con tu incendio cuando me canse de simulacros, encendiste las bombillas fundidas de mi cuarto, arreglaste los rotos de mis dedos, diste forma a las nubes entre mis sábanas. 

Estoy aprendiendo a hacer la O con un canuto y eso que no fumo, será por esta manía de llamarte cada vez que no estás. No te asustes cada vez que atravesemos el cielo, esto de volar se volverá una costumbre. No me mires mal si algún día me ves asustado, es que no es fácil esto de perder la gravedad. No te preocupes si me ves nervioso, es por esos instantes que no te da por sonreír. 

A veces esto me viene grande, demasiado este todo para tan poco de lo que doy. A veces se me desbordan las frases pero es que solo al repetirlas mucho siento que me acerco a explicártelo, además, ya sabes que siempre dije que no hacía falta un 14 de febrero para decírtelo. 

No tiembles cuando acabemos de hacerlo, que si me lo pides así, te lo vuelvo a hacer.  No te pongas celosa de las estrellas, incrédulas, han venido esta noche a comprobar que ya no trepó por los tejados. 

Y es que como dice aquella canción: "...si es que a veces pasa...".


 

jueves, 15 de septiembre de 2016

Todo y nada.

Me dijeron que nada duraba para siempre y la convertí en nada; me decían que todo tenía arreglo y la hice todo. La mire a través del espejo y me salió una carcajada, si algo tenía claro es que el amor nunca podría superar lo nuestro. 
Había llegado septiembre, un tanto peculiar, caían hojas como si hablaremos de octubre, pero el sol picaba como si se tratara de agosto. Ella siempre era verano, pero con el encanto de los árboles teñidos de marrón, tenía ese toque de las chimeneas del invierno y el matiz de las sonrías de la primavera. Ella es el fin de las pilas en los relojes y la sin razón del no querer irse, nunca. 
Ella miraba y hacía sentir el corazón en todas partes menos en el pecho, no se daba cuenta que sus ojos eran como disparos a quemarropa. 
Le encantaba convertirse en cantautora dentro del coche cantando canciones que no se sabía, cuando bailaba nunca se lo tomaba en serio y sin darse cuenta bailaba mejor que todas. 
Era vergonzosa hasta para mirarse al espejo, critica con la perfección de sus caricias y perfeccionista con la locura que la hacía esencial. 
Mataba semáforos sin enterarse, paraba el tráfico, las farolas se transformaban en intermitentes, como si abrieran y cerrarán los ojos. Obligándome a estudiar primeros auxilios, hacerme vigilante de tráfico y maestro de pellizcos para demostrar que era real lo que veían las luces de la ciudad.  Y es que ella no lo sabia pero desde que la vi por primera vez, supe que podría ser todo lo que tuviera que ser para que ella fuera nada y todo, pero para siempre. 

 

miércoles, 17 de agosto de 2016

Veinticuatro.

Podía describir cada parte de ella con los ojos cerrados, podía pintar su olor, contar a que sabían sus suspiros. 
La cama echaba de menos su parte llena, recordaba aquel movimiento de pies antes de dormir. 
Él sonreía explicándole a las calles como fueron esos besos que equilibraban cualquier pérdida de compás, los polvos que parecían estudiados y eran completamente improvisados. El se paraba en cada farola a contarles como ella, sin saberlo, atropellaba cualquier resquicio de tristeza. 
Él le reconocía al sol que ella alegro cada segundo de aquel verano. Sabía que ella tenía como oficio cumplir sueños y sabia que si su vida juntos era así, aunque vivieran veinticuatro veces les sabría a poco.
Sabía que no podía ponerle alas y cortarle las piernas, para que volar siempre fuera bonito y no una obligación. Sabía que hacerla sonreír sería una tarea que jamás debería de terminar. 
Aprendieron a morir y revivir en cada abrazo, disfrutaron de silencios, de las discusiones porque siempre acababan en reconciliación. Aprendieron que la tranquilidad era parte necesaria de la felicidad y que hay miradas que hacen temblar.
Entendieron que en su cuenta, ellos eran dos que sin uno, daban cero.  


viernes, 1 de julio de 2016

Detrás de las nubes.

Poco a poco aceptó que no podía darle el mundo y tomó la decisión de darle lo mejor de él.
A veces, quererla tanto le parecía poco, así que decidió quererla mejor.
Se acariciaban zonas caóticas, bailaban en malecones, paseaban en bicicleta, cada día tenían ganas de reinventarse, pero no uno u otro, si no reinventar un nosotros, quitar monotonía a los días.
Decidió solo repetir algún te quiero, tropezar contra la piedra de echar de menos, pero nunca hacer de lo suyo una rutina.
Compraron pistolas contra distancias largas, chalecos anti miedos y se tiraron cuerpo a tierra sobre su cama.
Hacían del desnudo una necesidad y con el amor hacían de todo menos enfriarlo. Aprendieron que un revolcón también es de corazón y que los nervios por verse pueden durar más de dos citas.
Entendieron que los defectos también podían ser buenos, que hasta en los días grises sale el sol detrás de las nubes.
Ella le pidió que le hablara de eternidad y él le señaló el cielo, ella le dijo que tranquilidad y él le ofreció la mano. Él la llevo al infierno y ella le saco la mejor de sus sonrisas, debe ser que en buena compañía no hay lugar incómodo. Juntos bailaban por las noches, algunas hacían el amor las demás era cuestión de sexo.
Se miraron a los ojos, centrándose en el matiz y la seguridad de no añorar ningún pasado que no fuera conjunto.


martes, 14 de junio de 2016

Montaña rusa.

En forma de cuchara y en el sofá trenzaron los porqués, deshicieron los peros y ametrallaron las interrogantes. Tumbada sobre su pecho encontró razones que a veces perdía en caminos de dudas, excitada en sus caricias se dio cuenta que era ahí donde quería despertar cada mañana.
Sobre montañas rusas uno ríe y grita, sufre y se alivia, sobre montañas rusas uno encuentra él ansia en mitad de la subida pero la calma al final de la bajada.
Iban de la mano, como aquellos que separados se sienten indefensos, caminaban sin rumbo fijo, dejando que las calles descubrieran ante ellos los motivos de los malos momentos, dejando que los pasos de cebra les llevarán a entender porque sin explicación se querían a morir.
De pequeños les enseñaron el camino de el amor, sin explicarles la primera lección, y es que este está escrito de miles de formas y ninguna se parece a la anterior. Ellos, al principio, en su intento banal de reescribir Romeo y Julieta perdieron el rumbo, sin darse cuenta que su historia podría ser peor o mejor, pero iba a ser la suya, siendo actores principales y jamás secundarios. Iban a reescribir sobre estados de ánimo, sobre sensaciones y sobre todo, sobre porque un nosotros es capaz de destrozar cualquier obstáculo en su camino.
Ella aprendía a volar a su lado, el a no enseñarle el vuelo desde sus alturas si no a acompañarla en las suyas. Ella perdía el vértigo a despegar y el a salir de su zona de control.
Juntos descubren calles, planean en las nubes, se revuelvan entre sabanas y se quieren sobre montañas rusas.



domingo, 15 de mayo de 2016

Tengo.

Tengo un par de sueños por cumplir, una realidad que vivir y un silencio que me habla.
Tengo más nervios de lo habitual cuando estas por venir, tengo una sonrisa anclada a la tuya y un sin fin de razones por las que ofrecerte el cielo cada mañana. 
Tengo menos paciencia de la que debería, más miedo del que acostumbraba y menos peros que porqués. Tengo una vida entera repartida por tu cuerpo, un beso tatuado en tu cintura y una caricia atada a tu pelo. Tengo una luna que sin ti no se llena, un sol que solo sale cuando vamos de la mano.
Tengo muchos perdones que pedirte, tengo un cuerpo para que utilices de bastón cuando tropieces. Tengo muchas sonrisas que sacarte, tengo canciones que solo suenan con tus suspiros. 
Tengo muchos errores que cometer, muchas preguntas que resolver y varios enigmas que ni yo entiendo. Tengo muchos ratitos para ti, otros tantos para nosotros y muchos más para los dos. Tengo la manera de hacerte feliz, tengo nubes que limpiar en tu camino y baches que cubrir bajo tus pies. 
Tengo más cosas que decirte que segundos un reloj, tengo la formula para desafiar a los que no saben contar hasta infinito. 
Tengo una balanza rota por el peso de un tu y yo, la certeza de que entre nosotros no hay peros que puedan con porques. Tengo todas las noches por verte dormir, tengo cada mañana para verte estirar. 
Tengo mucho y tengo todo cuando tu me lo das.


martes, 19 de abril de 2016

Unos y otros.

Unos cometen el error de creerse enamorados, otros cometemos el acierto de enamorarnos sin que haga falta creérnoslo. Unos viven para volar lo más rápido posible, otros vivimos para compartir vuelo. Unos tienen la certeza de que la felicidad está en todo aquello que tocan, otros tenemos la certeza que la felicidad está en lo que nos traspasa. 
Unos creen que respirar es echar el dióxido que nos sobra, yo creo que respirar es desprenderme del aire que no viene de ti. Unos creen que la gloria está en ser el número uno, otros creemos que la gloria es ser dos. 
Unos creen que el control está en tener todo bajo su mando, otros creemos que no hay nada mejor que no tener mando sobre el descontrol de sentir. Unos creen que el equilibrio es mantenerse en calma, otros creemos que el equilibrio es tenerse en pie hasta en nubes grises. 
Unos creen que la locura está en aquellos que anteponen un corazón al suyo, otros que la cordura es tirarnos de espaldas. Unos creen una exageración gritar a los cuatro vientos un te quiero, otros no lo entendemos en silencio. Unos creen que el tiempo es solo un reloj, otros contamos el tiempo en abrazos.


jueves, 7 de abril de 2016

Vamos a prohibir.

Vamos a prohibir el querer premeditado, los encuentros medidos y las palabras calculadas. Vamos a prohibir las parejas que se olvidan del otro cuando están tumbadas a su lado. Vamos a prohibir los besos desaliñados, los polvos innecesarios y las caricias pasajeras. Vamos a prohibir el amor vacío, la indiferencia ante la soledad y la costumbre de un te quiero.
Vamos a prohibirnos que alguna vez la resta acabe en negativa, vamos a prohibirnos dejar de mirarnos como si no se nos fuera la vida por los ojos, vamos a prohibirnos no sentir que la vida pierde sentido cuando no nos vemos.
Vamos a prohibir el contrabando de lo infinito, vamos a prohibir a los que acaparan lo eterno. Vamos a prohibir la felicidad que no viene para quedarse y al dolor que que no abre los ojos. 
Vamos a prohibir las puertas cerradas y los candados sin llave. Vamos a prohibir los amores sin boda en Las Vegas o sin luna de miel sin salir del cuarto. 
Vamos a prohibirnos que nos gane el poder de una duda, la decisión del orgullo y el argumento de la venganza. 
Vamos a prohibir las estrellas estáticas, la luna apagada y el sol nublado. Vamos a prohibir un sin fin de sin razones, sobre todo las que nos alejen, vamos a prohibir la carencia de motivos y las películas acabadas. Vamos a prohibir el insomnio sin cuento, los abrazos sin nudo en la garganta y el sexo sin argumento. Vamos a prohibir las cartas sin terminar, los problemas sin resolver y la falta de juegos de manos.
Vamos a prohibir los sueños separados y las guerras que no sean de almohadas. Vamos a prohibir a los que no saltan en los charcos y a los que tienen miedo a dejarse llevar.
Ven, vamos a prohibir al que no disfruta y sigamos aplastando al que alguna vez dudo que dos siempre es más que uno.


miércoles, 6 de abril de 2016

El mismo día.

Ella vestía miedos, él la desnudaba. Ella giraba la cabeza, él empezó a mirarla. Ella disimulaba, él la provocaba. Ella le decía dime que crees en esto, él le decía dime todo sobre ti. Ella era frágil, él estaba dispuesto a arreglar cualquier roto. Ella soñaba despierta, él quería enseñarle a coger el cielo con las manos. Ella escalaba hasta improbables, él se volvía equilibrista en inexistentes. Ella volaba sobre imposibles, él pisaba cualquier "no" y juntos dibujaban realidades inesperadas.
Ella regalaba sonrisas, él se endeudaba con el egoísmo al querer darle todo. Ella pegaba la primavera sobre el invierno, él partía en trocitos los días tristes. Ella saltaba sin preguntar si dolería la caída, él jamas pensó en que se caerían. Ella tachaba los "casi" de su vocabulario, él se burlaba de los imposibles. Ella veía en él el abrazo en el que quedarse a dormir, él veía en ella el abrazo que dar todas las noches antes de hacerlo. Ella aprendía a atar pasos de cebra, él a cambiar los semáforos. Ella entendía lo que era un nosotros, él descifraba que significaba un tú y yo. Ella comprendía lo que era sentirse libre con alguien al lado, él empezaba a ser quien quería ser. Ella empezaba a darse cuenta que hay presentes que son para siempre, él que hay futuros anclados al presente. Ella descubría partes que nadie le había tocado, él se aprendía de memoria cada centímetro de su piel. Ella bailaba con sabor a sur, él bailaba al sabor que sus labios quisieran. Ella comprendía que había dolor en la felicidad, él que también se hacen mal las cosas sin querer. Ella se descubría cantando frente al espejo, él cortando flores en los parques. Ella envolvía los días entorno a él, él giraba  las almohadas buscando rastros de su olor los días que no estaba. 
El reloj jugaba sus cartas, el segundero les amenazaba, ellos perdían la noción del tiempo como quien lo pierde al no tener prisa y les explicaban que habían conseguido hacer el mismo día de hoy y mañana.


jueves, 31 de marzo de 2016

Aprendí de ti.

Aprendí de ti que la cordura es un problema que hay que erradicar, que la locura es lo que da sentido a cualquier nosotros. Ven, destrocemos la cama y no te preocupes si sientes que vuelas, que si caemos yo aguanto el impacto. 
Aprendí de ti que no debe haber besos civilizados, que siempre hay que besar matando. Aprendí de ti que que no puede haber miradas complacientes, si no miradas que desnudan y disparan. 
Aprendí por ti que Sabina mentía y que aprender a olvidarte me llevaría mucho más de 500 noches. Aprendí de ti que del amor al odio no hay un paso, hay medio y que es mejor el camino marcha atrás. Aprendí de ti que hay canciones que no cantan sino que hablan, que hay labios que no besan sino que sienten. Aprendí de ti que hay sumas que se salen de la calculadora y que no hay que restar si se trata de dos. Aprendí de ti que una caricia puede provocar un terremoto y que un guiño puede sacar el sol de noche. 
¿Sabes? Aprendí de ti que se puede aprender de memoria cada paso de una mirada, cada movimiento de una cadera y cada sonido de un gemido. Aprendí de ti que lo difícil no es querer si no dejarse querer. Aprendí de ti que hay abrazos que alteran los sentidos y otros que ni recuerdas. Aprendí de ti a describir infinitos, a tocar lo inexistente y a compartir sueños.
Aprendí de ti a regalarte la siguiente vida sin haber vivido la que vivo.


lunes, 14 de marzo de 2016

Me cuesta.

Me cuesta aprender de los porque sí, de las sonrisas arrolladoras y de los besos devastadores.
Me cuesta aprender de las incógnitas inagotables y no consigo entender el porqué del poder de una duda. Me cuesta aprender a perder el miedo a las distancias cortas o a decir te quiero. Me cuesta aprender que la magia está en verte dormir, no en querer acostarme contigo. Me cuesta entender a la gente que sube a las azoteas para mirar hacia abajo en vez de mirar el cielo más de cerca. Me cuesta entender a aquellos que señalan las estrellas y no trepan a los semáforos para intentar agarrarlas. Me cuesta entender a los que regalan flores los 14 de febrero pero se olvidan de un buenos días el resto del año. Me cuesta entender a los que regalan te quieros, convirtiendo a esta en una frase común. Me cuesta entender a los que caminan sin querer parar el tiempo. Me cuesta entender a los que discuten sobre marcianos sin mirarse en el espejo. Me cuesta entender a los que debaten sobre felicidad sin valorar una sonrisa.
Me cuesta entender a los que rompen pompas de jabón, en vez de intentar volar dentro de ellas. Me cuesta aprender de los que leen la letra pequeña y no saben deletrear una mirada. Me cuesta entender a los que beben para olvidar y no saben que el olvido es el mayor de los recuerdos.
Como ves, me es casi imposible entender y aprender sobre la vida, pero nada me ha costado más que entender a todos aquellos que no te ataron a su vida y te dejaron escapar. 


martes, 8 de marzo de 2016

Al otro lado de la cama.

No te enfades conmigo las madrugadas que pierdo el norte y acabo en el sur de otro portal, ha sido mi falta de perspectiva al buscar el tuyo. No te enfades conmigo si me olvido de tu cumpleaños, te acostumbraré a celebrarlo todos los días del año. No te enfades conmigo si alguna vez no te doy lo buenos días, me ocuparé de que cada mañana sean los mejores de tu vida. No te enfades con mi indiferencia, es una forma de protegerme ante el peligro. No te enfades con mi desdén, es como disimulo que me muero entre tus brazos. 
No te extrañes cuando te veas cuatro en vez de dos alas, llevas las mías puestas para que no caigas si algún día se rompen las tuyas. No te sorprendas si ves el sol entre nuestras sábanas, lo tengo escondido para que no pasen los días. No te asustes si ves mis labios desgastados, me los muerdo cuando te vas para aprovechar los restos de ti. No me mires mal los domingos que estés sola, me habré perdido huyendo de nosotros. No te escondas de la pena, la disfrazaré de inexistente para ti. No te tapes los oídos cuando venga el silencio, vendrá a escucharnos suspirar. No sueñes con las estrellas, no tienen nada que envidiarle tus lunares. No te enfades cuando me veas mirando a otro lado, estaré buscando la forma de fabricar un sexto sentido para sentirte de más formas. No te asustes cuando entremos en guerra, firmaremos la paz en el colchón. No te despistes buscándole forma a las nubes, aprovecharé para pintarte una sonrisa. No tengas vértigo a la sin razón, ni miedo a la incoherencia de no saber porqué, piérdete en los sin motivo y disfruta de un déjate llevar. Yo estaré al otro lado de la cama sosteniéndote los pies para que no te caigas entre sueños.


martes, 23 de febrero de 2016

Te prometí.

Te prometí que no pisaría ciudad sin dibujar tu nombre en un árbol, prometí que no habría sueño a la que no te llevaría. Te prometí que no existiría día en el que no te arropara.
Te dije que eligieras tus escenas de película favoritas, que una a una las iríamos protagonizando y ahora que no estas te escribo tumbado en un paso de cebra para no faltar a mi palabra. Te prometí marcar con nuestras iniciales los colchones de todos los hoteles que visitara y aquí estoy, con aguja e hilo, disimulando para no ser pillado por otra que aspira a ser tu. 
Te prometí el cielo y ya tengo casi todos los fascículos de las nubes. 
Nos prometimos ver el vaso medio lleno, sin pararnos a pensar que el problema sería cuando no hubiera vaso. Te prometí escaleras para esquivar las miradas cómplices, paraguas para cubrirte de lagrimas innecesarias. Te prometí vida y media, sin explicarte que cualquier tiempo juntos sabría a poco. Te prometí estabilidad, sin explicarte que hay noches que me disfrazo de barco a la deriva. Te prometí rescatarte de tus pesadillas, encararme con tus miedos y sin que te dieras cuenta me convertí en el dragón al que todo príncipe quiere enfrentarse. Te prometí un amor imbatible sin leerte a Neruda. Una tarde de tormenta te prometí enseñarte todos los charcos, sin decirte que hasta el agua desaparece. Te prometí te quieros ilimitados, besos infinitos, caricias eternas, sin avisarte que en contra de mi voluntad, pero nada es para siempre. Te prometí perder el miedo a las alturas sin entender entonces porque no subíamos a las estrellas en vez de bajarlas. Te prometí cada una de mis sonrisas. Te prometí llevar conmigo siempre una escalera hasta tus pestañas. Te prometí brindar cada madrugada a tus pies, perderme en tu escote y no volver para encontrarme. Te prometí no dejar cicatriz y borrar el rastro para no poder huir. Te prometí solo fijarme en tus caderas y puse a mis labios a besar hasta tus huellas. 
Debajo de un sin fin de promesas y de carceles de palabras, me encuentro debatiéndome sobre el vaivén que somos tu y yo, sobre la montaña rusa de un nosotros. Y de fondo los piratas me cantan que hay promesas que no valen nada y derrotado acepto que puede ser que haya te quieros que si sean eternos.


lunes, 1 de febrero de 2016

Disfruta.

Hola, hace mucho tiempo que no te escribo, supongo que porque hacerlo hace más real tu ausencia y magnifica el dolor, pero no te enfades porque eso no significa que me haya olvidado de ti, hoy cumplirías 17 años, casi mayor de edad. Hoy es tu cumple, si, y yo lo sigo celebrando, sin velas ni tarta, sin disfraces ni regalos, pero sigo dando las gracias, porque un día como hoy hace 17 años llego al mundo la persona más importante de mi vida. 
¿Sabes? Papa sigue con el optimismo que le caracteriza, e incluso sabe sacar una sonrisa cuando te echa de menos, tu madre y yo todavía no hemos aprendido hacerlo, pero te juro que trabajamos fuerte en ello. Obviamente te recordamos con alegría, pero cuando nos damos cuenta que tenemos que limitarnos a solo recordar nos ponemos un poco tristes.
17 años, ¡que mayor! Te dirían tus tíos, abuelos y amigos de la familia, y se que odiarías esa frase hecha, te daría pereza coger el telefono a según quien que llevas siglos sin ver pero tu madre te pasaría para felicitarte. 
Yo hoy no porque es lunes pero el fin de semana te llevaría a tomar unas copas, aunque seguro que ya lo habríamos hecho en varias ocasiones (mantén el secreto no vaya a ser que nos regañen). Si, tomaríamos unas copas, saldríamos hasta las mil y diríamos que has llegado antes de a la hora a la que llegaríamos. 
No me olvido ni un instante de todos los momentos o segundos que pase contigo, es increíble, pero puedo decir hasta el pijama que llevabas todas las noches que te metías en la cama conmigo. Me rio acordándome de tu adiccion por lo disfraces, por los superhéroes en general, tu serias Batman, yo seria Robin y juntos acabaríamos con cualquier problema. 
Estoy seguro que en muchos momentos serias un poco el hermano mayor, sigo disfrutando la vida al máximo que puedo, pero es que eso me lo enseñaste tu con tu juego de disfruta. ¿Como no voy a seguir al pie de la letra lo que te prometí? Voy a disfrutar siempre, porque es el juego más maravilloso que jamas nadie ha inventado y voy a disfrutar de todo en tu honor, se lo voy a enseñar a la máxima gente posible para que todo el mundo sepa que mi hermano pequeño era la mejor persona que he conocido.
Todavía no habías formado parte de este sitio en el que comparto algunas de las cosas que escribo, creo que es injusto, eres el porque de mi gusto por escribir, nunca te lo había confesado, así que hoy lo voy a hacer: cuando te fuiste, o mejor dicho, te llevaron, solo escribiendo conseguí desahogarme, maldecir a todo lo que tenia que maldecir, era la única forma con la que conseguía llorar, ya sabes que según para que soy inexpresivo. Estoy seguro que me leerías todas las semanas, que incluso me pedirías que escribiera a alguna chica por ti y que muchas veces te reirías de lo cursi que soy a veces.
No puedo parar de pensar en todo lo que haríamos juntos, que pequeño se nos haría el mundo y que grande se me hace todo cuando lo pienso. 
Me encantaría ponerle dirección a esta carta y que algún día la leyeras, se que te burlarías de lo sentimental que me pongo a veces, pero que le voy a hacer si cada vez te echo más y más de menos. 
Ademas de felicitarte, quería pedirte un favor, enséñame a volver al pasado, solo un día y te juro que lo aprovecho más de lo que lo hice, tengo la sensación de que pensándote eterno pase tantas cosas de ti por alto... 
Me apetece llevarte en hombros y que te entren ataques de risa cuando corro, tirarte a la piscina sin que me veas, esconderte juguetes para que me hagas un berrinche o ver tu película favorita por enésima vez. Quiero salir a jugar al futbol contigo, ir como todos los martes a comer a casa de nuestros abuelos, quiero que nos tiremos encima de papa, que hagamos cosquillas a Guille y ver como te gustan los delfines. Por cierto, Fliper, el peluche que te regale sigue intacto, por si quieres jugar con el.
Perdón por hacer tan larga esta carta, pero llevaba mucho sin escribirte y no quiero dejarme nada. 
Se que estoy medio loco, pero si un día decides volver y decirme que solo ha sido un sueño no me voy a enfadar esta vez si me despiertas. Y ya puestos a pedir imposibles, hazlo ya que necesito darte un abrazo, comentarte mis amoríos, aconsejarte en los tuyos y que nos comamos el mundo juntos. 
Te prometo que nunca vamos a dejar de disfrutar, para que te sientas orgulloso de nosotros.
Te quiero mucho, te necesito siempre y te echare de menos eternamente.
¡Muchísimas felicidades Cris!



miércoles, 27 de enero de 2016

Mi lucha de gigantes.

Hoy vi al suelo caminar de puntillas para ir a la altura de tus pies, hoy he visto a las estrellas salir de día para no perderse ninguna de tus sonrisas.
Eres capaz de atropellar con una mirada, de enloquecer con un guiño y de matar con un adiós. Tengo la certeza de que no hay persona que sobreviviera a probarte y no tenerte. La certeza de que admitirían la mentira en los tribunales si con ello se pudiera enamorarte. Tengo la certeza de que los espejos se inventaron para mirarte, que la tinta para escribirte y los diccionarios para describirte. 
Hoy he tenido mi lucha de gigantes particular y sin ti, ni mundo descomunal, ni enormidad, ni tu risa al estallar, así que por favor, dime que es mentira todo, un juego tonto y no más.
Hoy me han vuelto a preguntar a donde miro cuando cierro los ojos y lloro, hoy he vuelto a responder "¿acaso vosotros no la veis?". 
Hoy he visto una comisura parecida a la tuya y he suplicado por un beso como si me fuera la vida en ello. 
Hoy me he leído un par de libros buscando a otros que hayan escrito sobre ti, como el que busca en un mapa del tesoro. Hoy me vuelvo a desvelar, para rezarle a la luna que te refleje una noche más. Hoy vuelvo a beber por si acaso fuiste un gin&tonic muy cargado. 
Te fuiste a las once y diez y yo pare el reloj a y nueve para tenerte siempre. Te fuiste diciendo que volverías y desde entonces me paso los días en la mirilla. 
Hoy tengo la certeza de que volveré a tenerte, aunque me cueste más de mil cicatrices, porque eres la cura para cualquier herida.
Hoy destrozaré todas las brújulas que me indiquen el norte y este no lleve a ti. Hoy pintaré tu ombligo en mis manos, a ver si sirven de imán. Hoy he robado una guitarra por si entre acordes apareces. 
Hoy me muero de ganas de verte y sé que tú, estés donde estés, también.


viernes, 22 de enero de 2016

Harto.

Con el tiempo aprenderé que cuando se trata de querer, la derrota es salir ileso. Porque significa que o no lo hiciste o no te dejaste hacerlo o ya lo has dejado de hacer. Mientras lo aprendo, seguiré racionando mi dosis de sueños, no vaya a ser que soñándolos de una, me dé cuenta que en todos apareces tú. 
Supongo, que me cansé de volverme tu día a día, de que me creyeras cotidiano, quitándole magia a cualquiera de mis apariciones o palabras, restándole magia al saberme ahí. 
Salgo corriendo por miedo a que me eches de más. 
Eres un precipicio del que me tiraría todas y cada una de mis noches, sin saber como es la caída. Eres parte intacta de muchas de mis sonrisas sin querer, aunque algunas, no son de felicidad, si no para disimular las ganas de verte y otras son porque sé que me estás pensando. 
Estoy harto de escribirte, estoy harto de que me leas, de escuchar tus vuelcos de corazón al hacerlo y actuar como desconocidos, no hay peor olvido que el fingido.
Estoy harto de saber que eres el abrazo en el que quiero dormir, harto de saber que son mis brazos la manta que buscas cuando tienes frío y parecer inexistentes.
No te he sabido explicar que a mí no me duele cualquiera, que nunca he sabido mantener el equilibrio en una sola cama, que no amanecía con el sol, que me cuesta ponerle cara a las canciones, pero tú con poco y sin nada, lo cambiaste todo. 
Todavía no entiendo, porque sin saber si esta vida la compartiré contigo, te regalo la siguiente. Tengo que aprender que no vuelvo, no porque no quiera, si no por miedo a quedarme. 
Aunque a solas te sigo construyendo porque sé que existes, aunque a solas ya no te recuerdo pero te sueño, aunque a solas te muerdo los labios fingiéndote en el aire, decidí irme.
Y algún día me leerás los ojos y no hará falta que te explique que te pasé de página por no querer echarte de menos. Me voy aposta pero eso no quita que me hubiera quedado para siempre. Ojalá sepamos encontrarnos, pero sin el miedo de esta vez.


lunes, 18 de enero de 2016

Ella y el.

Se prometieron tenerse siempre en el corazón pero pasaron por alto el detalle de ir siempre de la mano. Y ahora ella por un lado y el por otro, sin romper aquella promesa, pero cumpliendo otras. 
Ella le recrimina lo fácil que le fue mentir en invierno y lo cobarde que es huir ahora que es verano. El agacha la cabeza, ya sin argumentos. Tenían la puerta a la misma distancia, el eligió salir, ella quedarse. 
El camina entre historias de sabanas, ella pasa el tiempo intentando arreglar sus alas.
Ella le escribe por las noches, "aunque ha pasado ya algún tiempo, hoy te he vuelto a echar de menos". El abrazado a otra cintura, se le atraganta el corazón al pensar en el pasado. 
Ella es consciente que se merece algo mejor que alguien que comparte sentimientos. El no se da cuenta que jamás volverá a tener el cielo tan cerca. 
Rehacen su vida sin haber roto del todo la anterior, dejando una puerta abierta que siempre les traerá corriente. Construyen algo nuevo, con tan solo un biombo separando el pasado.
El cree tenerla olvidada en otra cama, ella lucha contra la frustración de pensar en el hasta para olvidarlo. 
Pero cuando el vuelva, ella ya se habrá ido, dejándole un recado en la puerta: "no me eches de menos ahora que estas solo, yo lo hice aun teniendo todo".
Ella se dará cuenta que la felicidad también esta en otras sonrisas, mientras que el nunca vera otra tan bonita como la suya. 


martes, 12 de enero de 2016

Jugamos.

Jugábamos a ser noche, para que el amor no nos descubriera. Jugábamos a que todo nos supiera a poco, para no dejar de besarnos. Jugábamos a ser niños para poder escondernos debajo de las sabanas cuando el miedo a no tenernos nos ganara alguna madrugada. Jugábamos a simular indiferencia cuando se nos escapaba un sentimiento más alto que otro. 
Yo sin que tu lo supieras, mientras soñaba contigo, abría los ojos para verte dormir. Tu jugabas a volverte irremplazable. 
Convertimos un jueves noche, en un quédate para siempre. 
Quemaría los metros para que no hubiera distancias, jugaría al escondite pero en mi cama, para que no hubiera perdedores ni perdidos.
Tengo muchas cosas por hacer, como enseñarte Paris desde las estrellas de su torre, como bailarnos un par de tangos  en alguna nube de Buenos Aires, como bebernos las sonrisas en algún bar de Mexico, como instalarte Manhattan sobre Madrid. 
Jugaría a enseñarte partes de tu cuerpo que ni tu te conoces, jugaría a demostrarte que tienes formas que no te habías descubierto. Diagnosticaría ceguera completa a todos los que alguna vez te vieron normal, por no ver todo lo que tienes cuando te desnudas y no me refiero a cuando te quitas la ropa.
Jugaría a perder las manos por dejarlas pegadas a tu cuerpo para no dejar de acariciarte. 
Juegas a ser tu y con eso ganas cualquier partida. Juegas a controlar el tiempo y este no pasa cuando tu no estas. Juegas a mandar sobre el clima, haciendo primavera en invierno. Juegas a ser invencible y no te puedo ganar ni en mis historias. 
Jugamos a reírnos de las despedidas, que esta vez se va llorando, al darse cuenta que nuestro adiós no fue en serio.


domingo, 10 de enero de 2016

Once.

Más de cien preguntas se acuestan en mi cama, más de veinte no te vayas bajo mi almohada. Tengo la manía de equivocarme de persona o de momento y la mala costumbre de huir ante mi fragilidad. 
Me cuesta confesar que llevo once noches buscándote entre los hielos de mi copa, que me ha dado por imaginarte cada vez que pestañeo. 
Me cuesta confesar que llevo las mismas noches midiendo los metros de la caída, que yo no tengo tus alas para volar y no hago pie cuando voy de tu mano.
He vuelto a soñar mientras duermo, en vez de dormir mientras sueño. He recuperado el odio a las despedidas, lo había perdido en las noches que actuaba de amante.
Esta mañana me he despertado y he pillado a mi corazón bailando sobre las sabanas, el estribillo de la canción decía tu nombre. 
He buscado en internet cursos intensivos de terrorismo, para atentar contra cualquier adiós que salga de tus labios, para saber como poner una bomba a cualquiera que se te acerque con la intención de alejarte de mi.
Llega enero, esta vez con la única cuesta de tus piernas, contigo bajo el brazo, enseñándome que se puede ir a favor del viento. 
Sobre mi cama siguen posadas aquellas cien preguntas, diciéndome si tendré el valor de dejarme llevar o si seguiré huyendo ante el descuido de ser vulnerable. Tengo más de cien preguntas, solo once respuestas, un manual para hacerte sonreír y la estupida costumbre de escaparme sobre los tejados. 
Haces que las nubes no quieran flotar, para remover la cama con nosotros, haces que recuerde cosas que ya había olvidado, como desvestir a fuego lento o besar sin prisa. Haces un terremoto en mis piernas cada vez que me sonríes. 
Y aquí me tienes, temblando entre once respuestas y las ganas de volverte a ver.


lunes, 4 de enero de 2016

Al revés.

Hagamos todo al revés, bailemos sin melodía, cantemos sin estribillo. Hagamos el pino con los pies, volvamos loco al cuerdo, queramos sin corazón. Perdamos el miedo a los sentimientos, sonriamos a la tristeza. Haré las cosas al revés, no cicatrizare tu nombre en mi piel, cicatrizare mi piel en tu nombre. 
No queramos lo que no tenemos, queramos lo que tenemos, racionalicemos al amor, sin tener que echar de menos por perder lo que teníamos. Hagamos las cosas al revés, llamémonos porque si, dejemos los misterios para amores enrevesados. Seamos simples, felices y apasionados. Démosle la vuelta a todo, dejando lo que es fácil como es, sin necesidad de darle tres vueltas. Perdamos la esperanza lo primero porque no nos haga falta, no digamos cumplidos porque sean latentes.
No compremos cielos, estrellas o lunas, ¡porque son nuestros!
Queramos sin más, sin menos, sin peros, sin porques, simplemente queramos y que la vida nos lleve. Hagamos el amor por primera vez siempre. Riamonos con los defectos y burlémonos de las virtudes, juguemos al presente, que el pasado tenia prisa y el futuro viene con retraso.
Hagamos todo al revés, volemos bajo el mar, nademos por las nubes. 
Hagamos todo al revés, queramos a fuego lento, sin que eso signifique con desgana. Haré todo al revés, como dejarte una carta debajo de la almohada cuando duermas a mi lado. Haré todo al revés, como volver a mi casa de espaldas para no perderte de vista ni un segundo. Odiemonos un rato, corramos a la pata coja, planeemos sin destino.
Hagamos todo al revés, como mirarnos y cerrar los ojos, como casarnos cada anochecer. Hagamos todo al revés, pidamos perdón antes de un error, como castigarnos por hacer las cosas bien. Vamos a atarnos los cordones, tu izquierdo con el mio, para estar siempre cruzados.
Hagamos todo al revés, marquemos cada intersección en un mapa de quiero volver a verte.
Hagamos todo al revés, despertarnos con el pie equivocado para corregirlo con un parpadeo. Hagamos todo al revés, que tu has empezado eliminando la gravedad cuando estoy a tu lado. Contemos sonrisas en vez de estrellas, regalemos besos en vez de cielos. Vayamos al sol, dejemos a la tierra inerte y a la luna celosa. 
Ven, hagamos todo al revés, que te conocí antes de ayer pero para nosotros parece siempre.