jueves, 31 de marzo de 2016

Aprendí de ti.

Aprendí de ti que la cordura es un problema que hay que erradicar, que la locura es lo que da sentido a cualquier nosotros. Ven, destrocemos la cama y no te preocupes si sientes que vuelas, que si caemos yo aguanto el impacto. 
Aprendí de ti que no debe haber besos civilizados, que siempre hay que besar matando. Aprendí de ti que que no puede haber miradas complacientes, si no miradas que desnudan y disparan. 
Aprendí por ti que Sabina mentía y que aprender a olvidarte me llevaría mucho más de 500 noches. Aprendí de ti que del amor al odio no hay un paso, hay medio y que es mejor el camino marcha atrás. Aprendí de ti que hay canciones que no cantan sino que hablan, que hay labios que no besan sino que sienten. Aprendí de ti que hay sumas que se salen de la calculadora y que no hay que restar si se trata de dos. Aprendí de ti que una caricia puede provocar un terremoto y que un guiño puede sacar el sol de noche. 
¿Sabes? Aprendí de ti que se puede aprender de memoria cada paso de una mirada, cada movimiento de una cadera y cada sonido de un gemido. Aprendí de ti que lo difícil no es querer si no dejarse querer. Aprendí de ti que hay abrazos que alteran los sentidos y otros que ni recuerdas. Aprendí de ti a describir infinitos, a tocar lo inexistente y a compartir sueños.
Aprendí de ti a regalarte la siguiente vida sin haber vivido la que vivo.


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