jueves, 24 de julio de 2014

Contando besos.

Te miro con los ojos temblando... Te voy a contar los versos que te escribo por cada beso que nos dimos, voy por el 114, aquel que nos dimos amaneciendo en Barcelona. No te hablo de los primeros, inocentes los creímos pasajeros. Me sonríes sincera, con esa mueca que dices solo yo te se sacar... Y te cuento del 87, te calle mientras me gritabas por esa convicción de que a otra le dedicaba los suspiros que eran solo tuyos. Me recuerdas el 13, en tu portal, contando estrellas. Y me viene a la cabeza el 21, después de una partida a los bolos. 
Mención especial a nuestro primer buenos días, entre sabanas, contábamos el 48, esa misma mañana sumamos hasta 60.
Y te aparto el pelo de la cara, para verte sonriendo, con el 92 en la cabeza, después de aquel tiempo separados que se nos hizo eterno.
Entre carcajadas escribo sobre el 81 y 82, me los dabas para evitar que siguiera fingiendo entre pasillos del super que estábamos en una pista de baile.
No voy a entrar en detalles, tampoco puedo enumerarlos pero los de reconciliación sabían distinto. El 111, anocheciendo viendo la Almudena desde las Vistillas. El 9 y 10, en nuestro primer cine.
El primero de todos, nerviosos, con alguna copa de más. El ultimo con la misma piel de gallina y un te quiero escondido entre los labios. Y dejo de contar por el miedo a todos los que no nos vamos a dar.





martes, 15 de julio de 2014

Te lo dije.

Me vas a odiar... Cuando pasen las mañanas y sigas despertándote queriendo darme los buenos días. Me vas a odiar cuando creas verme y se te acelere el corazón, cuando alguien huela a mi y lo gires para ver si tiene mi sonrisa. Me vas a odiar, cuando bailando no encuentres mi mano para acompañarte. Me vas a odiar cuando ningún beso sea mejor que el mío. Me vas a odiar cuando todos se acerquen a hablarte de tus ojos sin ser capaces de mirarlos fijamente. Me vas a odiar cuando necesites mirarme a los labios a escondidas. 
Me vas a odiar cuando te arrepientas de que el miedo decidiera por los dos. Me vas a odiar cuando mirando al espejo te descubras una sonrisa acordándote de mi. Me vas a odiar cuando eches de menos mis manos acariciándote la cara. Me vas a odiar cuando mi nombre te ruborice. Me vas a odiar cuando quieras gritar que necesitas verme. Me vas a odiar cuando cada noche antes de dormir releas todo lo que te escribo. Me vas a odiar como me repetías constantemente, pero me vas a odiar por no poder parar las ganas de quererme.
Me vas a odiar cuando nos volvamos a ver y temblando  me veas acercarme, sonriéndote y te susurre "¿en que piensas? Te lo dije, nos veríamos pronto".
Y yo... te voy odiar, te voy a odiar todos los días por no enseñarme a no tenerte.

jueves, 10 de julio de 2014

Un juego con V de derrota.

Puse dos reglas a sabiendas de que perderíamos, la primera; no enamorarnos, la segunda; no mirarnos a los labios, empezaste tu perdiendo la segunda y yo a continuación la primera. Añades una tercera; no besarnos. Te miro a los labios, te acaricio la cara, me acerco lo suficiente para verte cerrar los ojos, te noto nerviosa pero me sonríes, aceptas el juego y te quedas quieta. Nos separan cuatro centímetros y las reglas ya no sirven de nada. Perdemos, nos dejamos llevar acompañados de un beso que rogamos interminable. Nos quedan horas juntos y un para siempre en entredicho.
Te prometo no olvidarte jamas, me prometes dormir con mi nombre entre tus labios y el miedo a despedirnos se adueña de nosotros, me tiemblan las manos y no se como hacerte saber que jamas podría decirte un adiós, solo si viene acompañado de un nos vemos pronto.
Cada mañana un buenos días que acaba en un buenas noches. Imagino tu respiración, el peso al llevarte en brazos, el tacto de tus caricias o el calor de tus abrazos. Tu mirada en las fotos me habla de todo lo que no conozco de ti, de aquello que soñabas, de las cicatrices que tienes cerradas, de los recuerdos que aun te duelen. Tus ojos tiñen de claro cada una de las sonrisas que me pintas cada vez que hablamos.
Nunca sabrás de las veces que te escribo, de las canciones que nunca te cantare pero te compuse, nunca te hablare de los suspiros que me provocabas al colgar.
En cada paso que doy suenan tus preguntas, cada cosa que hago la hago pensando que estas tu enfrente analizando cada uno de mis movimientos.
Miro a mi lado y ya no estas, te imagino con la mirada perdida y te pregunto: "¿en que piensas?" pero nadie contesta, tiemblo y me repito: nos vemos pronto.