lunes, 12 de noviembre de 2018

Me dio por volar.

Me di cuenta que los hombres siempre hemos tenido miedo de las mujeres que vuelan. Antes las denominaban brujas y las quemaban. Hoy las llamamos soñadoras. Pero ya no las quemamos, solo huimos de ellas. 

Cobardes. No sé si será miedo a que nos puedan tapar la luna, a que toquen las estrellas antes que nosotros o, simplemente, es el vértigo de tener que volver a ir a ras de suelo.

Y apareció ella y todo cambió. Vuela y vuela alto, que yo estaré a tu lado, disfrutando de tu sonrisa y compartiendo las vistas desde aquí arriba.