miércoles, 28 de febrero de 2018

Radiografía.

No se si es la vida la que pasa, si es el tiempo el que corre o simplemente es que nosotros a veces no valoramos ninguna de las dos. 

Me encantaría que en los colegios enseñaran la diferencia entre mucho y bien, para que al menos, cuando crecieran los niños a la hora del amor supieran elegir. 

Aprendí de mi amiga Patricia que somos capaces de usar mucho algo que nos gusta a sabiendas de que con el exceso, acabaremos aborreciéndolo, ella lo hace con las canciones constantemente.

No sé si olvidar o el olvido es lo mismo, lo que sé es que duelen distinto. 

Me han hablado tantas veces de el karma que ya hasta lo tuteo. 

He escrito tantas veces sobre el amor que muchas veces cuando me cuentan alguna historia, pienso que me vacilan. 

He sido y soy incongruente con lo que hago y digo, pero lo peor es que sé perfectamente el por qué.

Siempre tuve un estereotipo de mujer, pero últimamente me fijo exactamente en el contrario. 

Siempre he pensado que somos egoístas hasta dando, porque creo que cuando lo hacemos solo buscamos alimentar nuestro ego y sentirnos mejores personas.

Critico si me aburro, igual que comer o explotarme algún grano. 

Nunca me he creído muy gracioso, pero tengo mi público. Siempre me reí más de la risa del que se celebra su propio chiste que del chiste en si. 

Creo que no hay nada más maravilloso que una risa contagiosa, un baile sin complejos y un polvo sin pudor. 

Besaré cuantas veces pueda, a la misma o a muchas, pero jamas apagaré mis labios.

Nunca creí que ser mujeriego fuera por ruindad, ni que todas las mentiras fueran por engañar. 

Me ha fallado quien menos lo esperaba y me sorprendió por quien nunca aposté. 

Muchas veces me he preguntado como será y quien irá a mi entierro y me he sorprendido haciendo cábalas. 

Suelo hacer un mundo de las pequeñas cosas, pero me vengo arriba ante los problemas grandes. 

Me he sorprendido alguna vez cantando  e incluso bailando en la calle. 

Tengo vergüenza según a qué, mi madre dice que a lo que me interesa.

Pongo a lavar ropa por pereza a doblarla, odio hacer la cama, pero me encanta meterme en ella y que esté hecha.

Soy de los que aconseja pero no sigue su propio ejemplo.

Mucha de la música que escucho es más por la letra que por la música en sí. 

Siempre he dicho que salir varios días seguidos es como el deporte, entrenamiento. 

Odio perder días sin hacer nada, hoy tengo 29 años y ayer cumplí 18. 

No me arrepiento de nada, tengo la conciencia tranquila y la sonrisa puesta. 

Puedo acabarme una serie en una noche como que se me haga bola y ver el primer capítulo trescientas veces. 

Hay gente que sin un motivo aparente por la calle me da ternura.

Si estoy solo pongo caras raras en el espejo del ascensor y cuando me hago pis, es ahí dentro donde peor lo paso. 

Soy cariñoso y detallista pero puedo ser muy frío y provocador. Me suelen juzgar por a lo que me dedico y no se paran a ver quien soy. 

Me encantaría que la gente entendiera el valor de un “no te vayas” cuando se lo dicen, no solo cuando lo dice. 

Creo que la gravedad debería ser más emocional que física. Creo que el que advierte la mayoría de las veces esta pidiéndolo a gritos y que quien juega con fuego es porque ya lo ha hecho antes. 

Los tópicos están ahí porque a más de uno le han pasado y las frases hechas se repiten porque la mayoría se siente identificada.

Creo que no hay cosa peor que no sentir nada, el arrepentimiento y las dudas. 

Nunca aconsejaré a alguien a quedarse con las ganas, ni nunca aceptaré de nadie el miedo u orgullo como motivo. 

Creo que la tecnología y las redes sociales nos han quitado gran parte de la esencia de ligar. 

Pienso que la gente no está acostumbrada a luchar y que el amor ha perdido fuerza. 

Hay esquinas, restaurantes y lugares, que me siguen encogiendo el corazón por algún recuerdo, pero aún así no los evito. 

Y hoy, después de mucho tiempo he disfrutado de bailar bajo la lluvia, sin dejar ni al tiempo ni a la vida correr. Porque parar el tiempo no es cuestión de querer, si no de con quien.