viernes, 22 de enero de 2016

Harto.

Con el tiempo aprenderé que cuando se trata de querer, la derrota es salir ileso. Porque significa que o no lo hiciste o no te dejaste hacerlo o ya lo has dejado de hacer. Mientras lo aprendo, seguiré racionando mi dosis de sueños, no vaya a ser que soñándolos de una, me dé cuenta que en todos apareces tú. 
Supongo, que me cansé de volverme tu día a día, de que me creyeras cotidiano, quitándole magia a cualquiera de mis apariciones o palabras, restándole magia al saberme ahí. 
Salgo corriendo por miedo a que me eches de más. 
Eres un precipicio del que me tiraría todas y cada una de mis noches, sin saber como es la caída. Eres parte intacta de muchas de mis sonrisas sin querer, aunque algunas, no son de felicidad, si no para disimular las ganas de verte y otras son porque sé que me estás pensando. 
Estoy harto de escribirte, estoy harto de que me leas, de escuchar tus vuelcos de corazón al hacerlo y actuar como desconocidos, no hay peor olvido que el fingido.
Estoy harto de saber que eres el abrazo en el que quiero dormir, harto de saber que son mis brazos la manta que buscas cuando tienes frío y parecer inexistentes.
No te he sabido explicar que a mí no me duele cualquiera, que nunca he sabido mantener el equilibrio en una sola cama, que no amanecía con el sol, que me cuesta ponerle cara a las canciones, pero tú con poco y sin nada, lo cambiaste todo. 
Todavía no entiendo, porque sin saber si esta vida la compartiré contigo, te regalo la siguiente. Tengo que aprender que no vuelvo, no porque no quiera, si no por miedo a quedarme. 
Aunque a solas te sigo construyendo porque sé que existes, aunque a solas ya no te recuerdo pero te sueño, aunque a solas te muerdo los labios fingiéndote en el aire, decidí irme.
Y algún día me leerás los ojos y no hará falta que te explique que te pasé de página por no querer echarte de menos. Me voy aposta pero eso no quita que me hubiera quedado para siempre. Ojalá sepamos encontrarnos, pero sin el miedo de esta vez.


3 comentarios:

  1. Sandra (@_sandra.sd_)6 de septiembre de 2019, 15:34

    Dicen que cuando el alumno está preparado, aparece el maestro. Doy gracias por haber “encontrado” hoy este blog. Casualidad o causalidad, nunca es tarde.

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