miércoles, 27 de enero de 2016

Mi lucha de gigantes.

Hoy vi al suelo caminar de puntillas para ir a la altura de tus pies, hoy he visto a las estrellas salir de día para no perderse ninguna de tus sonrisas.
Eres capaz de atropellar con una mirada, de enloquecer con un guiño y de matar con un adiós. Tengo la certeza de que no hay persona que sobreviviera a probarte y no tenerte. La certeza de que admitirían la mentira en los tribunales si con ello se pudiera enamorarte. Tengo la certeza de que los espejos se inventaron para mirarte, que la tinta para escribirte y los diccionarios para describirte. 
Hoy he tenido mi lucha de gigantes particular y sin ti, ni mundo descomunal, ni enormidad, ni tu risa al estallar, así que por favor, dime que es mentira todo, un juego tonto y no más.
Hoy me han vuelto a preguntar a donde miro cuando cierro los ojos y lloro, hoy he vuelto a responder "¿acaso vosotros no la veis?". 
Hoy he visto una comisura parecida a la tuya y he suplicado por un beso como si me fuera la vida en ello. 
Hoy me he leído un par de libros buscando a otros que hayan escrito sobre ti, como el que busca en un mapa del tesoro. Hoy me vuelvo a desvelar, para rezarle a la luna que te refleje una noche más. Hoy vuelvo a beber por si acaso fuiste un gin&tonic muy cargado. 
Te fuiste a las once y diez y yo pare el reloj a y nueve para tenerte siempre. Te fuiste diciendo que volverías y desde entonces me paso los días en la mirilla. 
Hoy tengo la certeza de que volveré a tenerte, aunque me cueste más de mil cicatrices, porque eres la cura para cualquier herida.
Hoy destrozaré todas las brújulas que me indiquen el norte y este no lleve a ti. Hoy pintaré tu ombligo en mis manos, a ver si sirven de imán. Hoy he robado una guitarra por si entre acordes apareces. 
Hoy me muero de ganas de verte y sé que tú, estés donde estés, también.


viernes, 22 de enero de 2016

Harto.

Con el tiempo aprenderé que cuando se trata de querer, la derrota es salir ileso. Porque significa que o no lo hiciste o no te dejaste hacerlo o ya lo has dejado de hacer. Mientras lo aprendo, seguiré racionando mi dosis de sueños, no vaya a ser que soñándolos de una, me dé cuenta que en todos apareces tú. 
Supongo, que me cansé de volverme tu día a día, de que me creyeras cotidiano, quitándole magia a cualquiera de mis apariciones o palabras, restándole magia al saberme ahí. 
Salgo corriendo por miedo a que me eches de más. 
Eres un precipicio del que me tiraría todas y cada una de mis noches, sin saber como es la caída. Eres parte intacta de muchas de mis sonrisas sin querer, aunque algunas, no son de felicidad, si no para disimular las ganas de verte y otras son porque sé que me estás pensando. 
Estoy harto de escribirte, estoy harto de que me leas, de escuchar tus vuelcos de corazón al hacerlo y actuar como desconocidos, no hay peor olvido que el fingido.
Estoy harto de saber que eres el abrazo en el que quiero dormir, harto de saber que son mis brazos la manta que buscas cuando tienes frío y parecer inexistentes.
No te he sabido explicar que a mí no me duele cualquiera, que nunca he sabido mantener el equilibrio en una sola cama, que no amanecía con el sol, que me cuesta ponerle cara a las canciones, pero tú con poco y sin nada, lo cambiaste todo. 
Todavía no entiendo, porque sin saber si esta vida la compartiré contigo, te regalo la siguiente. Tengo que aprender que no vuelvo, no porque no quiera, si no por miedo a quedarme. 
Aunque a solas te sigo construyendo porque sé que existes, aunque a solas ya no te recuerdo pero te sueño, aunque a solas te muerdo los labios fingiéndote en el aire, decidí irme.
Y algún día me leerás los ojos y no hará falta que te explique que te pasé de página por no querer echarte de menos. Me voy aposta pero eso no quita que me hubiera quedado para siempre. Ojalá sepamos encontrarnos, pero sin el miedo de esta vez.


lunes, 18 de enero de 2016

Ella y el.

Se prometieron tenerse siempre en el corazón pero pasaron por alto el detalle de ir siempre de la mano. Y ahora ella por un lado y el por otro, sin romper aquella promesa, pero cumpliendo otras. 
Ella le recrimina lo fácil que le fue mentir en invierno y lo cobarde que es huir ahora que es verano. El agacha la cabeza, ya sin argumentos. Tenían la puerta a la misma distancia, el eligió salir, ella quedarse. 
El camina entre historias de sabanas, ella pasa el tiempo intentando arreglar sus alas.
Ella le escribe por las noches, "aunque ha pasado ya algún tiempo, hoy te he vuelto a echar de menos". El abrazado a otra cintura, se le atraganta el corazón al pensar en el pasado. 
Ella es consciente que se merece algo mejor que alguien que comparte sentimientos. El no se da cuenta que jamás volverá a tener el cielo tan cerca. 
Rehacen su vida sin haber roto del todo la anterior, dejando una puerta abierta que siempre les traerá corriente. Construyen algo nuevo, con tan solo un biombo separando el pasado.
El cree tenerla olvidada en otra cama, ella lucha contra la frustración de pensar en el hasta para olvidarlo. 
Pero cuando el vuelva, ella ya se habrá ido, dejándole un recado en la puerta: "no me eches de menos ahora que estas solo, yo lo hice aun teniendo todo".
Ella se dará cuenta que la felicidad también esta en otras sonrisas, mientras que el nunca vera otra tan bonita como la suya. 


martes, 12 de enero de 2016

Jugamos.

Jugábamos a ser noche, para que el amor no nos descubriera. Jugábamos a que todo nos supiera a poco, para no dejar de besarnos. Jugábamos a ser niños para poder escondernos debajo de las sabanas cuando el miedo a no tenernos nos ganara alguna madrugada. Jugábamos a simular indiferencia cuando se nos escapaba un sentimiento más alto que otro. 
Yo sin que tu lo supieras, mientras soñaba contigo, abría los ojos para verte dormir. Tu jugabas a volverte irremplazable. 
Convertimos un jueves noche, en un quédate para siempre. 
Quemaría los metros para que no hubiera distancias, jugaría al escondite pero en mi cama, para que no hubiera perdedores ni perdidos.
Tengo muchas cosas por hacer, como enseñarte Paris desde las estrellas de su torre, como bailarnos un par de tangos  en alguna nube de Buenos Aires, como bebernos las sonrisas en algún bar de Mexico, como instalarte Manhattan sobre Madrid. 
Jugaría a enseñarte partes de tu cuerpo que ni tu te conoces, jugaría a demostrarte que tienes formas que no te habías descubierto. Diagnosticaría ceguera completa a todos los que alguna vez te vieron normal, por no ver todo lo que tienes cuando te desnudas y no me refiero a cuando te quitas la ropa.
Jugaría a perder las manos por dejarlas pegadas a tu cuerpo para no dejar de acariciarte. 
Juegas a ser tu y con eso ganas cualquier partida. Juegas a controlar el tiempo y este no pasa cuando tu no estas. Juegas a mandar sobre el clima, haciendo primavera en invierno. Juegas a ser invencible y no te puedo ganar ni en mis historias. 
Jugamos a reírnos de las despedidas, que esta vez se va llorando, al darse cuenta que nuestro adiós no fue en serio.


domingo, 10 de enero de 2016

Once.

Más de cien preguntas se acuestan en mi cama, más de veinte no te vayas bajo mi almohada. Tengo la manía de equivocarme de persona o de momento y la mala costumbre de huir ante mi fragilidad. 
Me cuesta confesar que llevo once noches buscándote entre los hielos de mi copa, que me ha dado por imaginarte cada vez que pestañeo. 
Me cuesta confesar que llevo las mismas noches midiendo los metros de la caída, que yo no tengo tus alas para volar y no hago pie cuando voy de tu mano.
He vuelto a soñar mientras duermo, en vez de dormir mientras sueño. He recuperado el odio a las despedidas, lo había perdido en las noches que actuaba de amante.
Esta mañana me he despertado y he pillado a mi corazón bailando sobre las sabanas, el estribillo de la canción decía tu nombre. 
He buscado en internet cursos intensivos de terrorismo, para atentar contra cualquier adiós que salga de tus labios, para saber como poner una bomba a cualquiera que se te acerque con la intención de alejarte de mi.
Llega enero, esta vez con la única cuesta de tus piernas, contigo bajo el brazo, enseñándome que se puede ir a favor del viento. 
Sobre mi cama siguen posadas aquellas cien preguntas, diciéndome si tendré el valor de dejarme llevar o si seguiré huyendo ante el descuido de ser vulnerable. Tengo más de cien preguntas, solo once respuestas, un manual para hacerte sonreír y la estupida costumbre de escaparme sobre los tejados. 
Haces que las nubes no quieran flotar, para remover la cama con nosotros, haces que recuerde cosas que ya había olvidado, como desvestir a fuego lento o besar sin prisa. Haces un terremoto en mis piernas cada vez que me sonríes. 
Y aquí me tienes, temblando entre once respuestas y las ganas de volverte a ver.


lunes, 4 de enero de 2016

Al revés.

Hagamos todo al revés, bailemos sin melodía, cantemos sin estribillo. Hagamos el pino con los pies, volvamos loco al cuerdo, queramos sin corazón. Perdamos el miedo a los sentimientos, sonriamos a la tristeza. Haré las cosas al revés, no cicatrizare tu nombre en mi piel, cicatrizare mi piel en tu nombre. 
No queramos lo que no tenemos, queramos lo que tenemos, racionalicemos al amor, sin tener que echar de menos por perder lo que teníamos. Hagamos las cosas al revés, llamémonos porque si, dejemos los misterios para amores enrevesados. Seamos simples, felices y apasionados. Démosle la vuelta a todo, dejando lo que es fácil como es, sin necesidad de darle tres vueltas. Perdamos la esperanza lo primero porque no nos haga falta, no digamos cumplidos porque sean latentes.
No compremos cielos, estrellas o lunas, ¡porque son nuestros!
Queramos sin más, sin menos, sin peros, sin porques, simplemente queramos y que la vida nos lleve. Hagamos el amor por primera vez siempre. Riamonos con los defectos y burlémonos de las virtudes, juguemos al presente, que el pasado tenia prisa y el futuro viene con retraso.
Hagamos todo al revés, volemos bajo el mar, nademos por las nubes. 
Hagamos todo al revés, queramos a fuego lento, sin que eso signifique con desgana. Haré todo al revés, como dejarte una carta debajo de la almohada cuando duermas a mi lado. Haré todo al revés, como volver a mi casa de espaldas para no perderte de vista ni un segundo. Odiemonos un rato, corramos a la pata coja, planeemos sin destino.
Hagamos todo al revés, como mirarnos y cerrar los ojos, como casarnos cada anochecer. Hagamos todo al revés, pidamos perdón antes de un error, como castigarnos por hacer las cosas bien. Vamos a atarnos los cordones, tu izquierdo con el mio, para estar siempre cruzados.
Hagamos todo al revés, marquemos cada intersección en un mapa de quiero volver a verte.
Hagamos todo al revés, despertarnos con el pie equivocado para corregirlo con un parpadeo. Hagamos todo al revés, que tu has empezado eliminando la gravedad cuando estoy a tu lado. Contemos sonrisas en vez de estrellas, regalemos besos en vez de cielos. Vayamos al sol, dejemos a la tierra inerte y a la luna celosa. 
Ven, hagamos todo al revés, que te conocí antes de ayer pero para nosotros parece siempre.