martes, 24 de marzo de 2015

Con cuidado.

Voy a cuidarme de ti, tú que me regalaste abril en marzo. Tendré cuidado los días que te da por saltar en la cama y me contagias esas ganas de ser pequeño otra vez. Tendré cuidado de lunes a miércoles, cuando me da por escribir las crónicas de nuestros bailes, los días en que te dejo elegir el lado de la cama. Las noches en que dejo la ventana abierta por si vienes. 
Voy a tener cuidado contigo cada una de las veces que afirme que las calles están puestas para caminarlas a tu lado, cada vez que crea que las estrellas están para regalártelas, cada vez que piense que tus lunares son para contarlos. 
Voy a tener cuidado, cuando me descubra susurrándole a la luna alguno de tus besos. Los días en que me de cuenta de que sigo acordándome exactamente como ibas vestida el día en que te conocí.
Voy a cuidarme, que nunca se sabe, un día eres capricho y otro necesidad. Voy a tener cuidado porque un día pienso que abril es eterno y otro amenazas con haber llegado para irte. Voy a tener cuidado los días en que te veo sonriendo a través del espejo y me entrego a tu espalda, voy a tener cuidado los días en que te meto competencia en mi habitación y acabas ganando. Voy a tener cuidado cuando quiero decirte: ¿por que no me enseñas a que no duelan tus manos cuando no están?.
Tu cuídate también, los días en que amenazo con cada uno por su lado, los días que te recomiendo alguna canción de Quique. Ten cuidado cuando te hable de ella, la que antes que a ti deje ir por miedo a decirle quédate. Ten cuidado los días que te apago el fuego con el que juegas, los días en que durmiendo echas de menos el roce de mi piel, los días que cambio por garabatos lo que te escribo. Ten cuidado los días que por miedo a una despedida me hago el sordo, ten cuidado los días que no te quieras ir.
Y los dos deberíamos tener cuidado los días en que nos creemos perfectos, en los que nos reímos al mirarnos. Cuidarnos de las tardes de cine haciendo manitas como quinceañeros, de los días que cualquier historia del otro es la mejor forma de pasar el rato. Los días en que hacer el amor es más que placer. Vamos a cuidarnos en los momentos en que nos quedamos sin respirar. Los días en que nos juramos nunca ser amigos por no soportar la idea de no estar juntos, con las tardes en las que tumbados en un parque la vida nos parece mucho mejor. Vamos a tener mucho cuidado con las ganas de llamarnos con diminutivos y con no regalarnos te quieros para no restarles valor.
Y sobre todo ten cuidado con no volver el día que decidas irte y yo haya olvidado nuestra canción.




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