Punto Relativo.
sábado, 7 de agosto de 2021
Sin preguntar.
domingo, 25 de julio de 2021
Se busca.
Igual de importante es entender como explicar. Igual de importante es pedir que dar. Igual de importante es el el olvido que el recuerdo.
La vida no va más allá del amor, es así de simple y también de cruel, como todo lo que se escapa de nuestro control.
Representamos el ardor de corazón, el calor de unos labios suplicando más.
Pretendiendo contar más estrellas en tu piel perdí la noción del cielo. Pretendiendo darte todo entendí que es imposible dar más que lo incondicional, también aprendí que no hay un todo que me guste más que el que englobó aquel tú y yo.
Entendí que no hay fuego que queme más que un adiós a quemarropa. Entendí en aquel concierto de Andres que no hay música si no personas entre melodías y letras.
Y tal vez tú te acuerdes de mi, pero de lo que si tengo total certeza y conseguí entender apurando el miedo, es que el olvido no se elige, se busca.
jueves, 16 de abril de 2020
De paso.
viernes, 10 de abril de 2020
Gastando la vida.
Tu sigue fingiendo que no sonríes cada vez que me escuchas. Tu sigue fingiendo que no me buscas en tu teléfono cada vez que suena.
Vamos a seguir mintiéndonos. Vamos a seguir dejando que sea el miedo quien decida por los dos.
Vamos a seguir gastando tiempo en olvidarnos.
Mientras yo seguiré diciendo tu nombre cada noche, por si acaso se nos olvida y nos damos cuenta de una vez que no nos enganchamos a unos ojos, nos perdemos en una mirada. Aunque quizá el problema sea que buscamos la felicidad pero nos da miedo encontrarla.
martes, 5 de noviembre de 2019
12.000 piezas.
Me miró desde el final de la barra, con cara de inocencia.
Me adentré en sus redes y me costó encontrar la forma de deshacer sus nudos. Sus ojos me pedían socorro y su falta de palabras cortaban como si fueran dagas.
Era de esas que no aprendías jamás a decir adiós. De las que te curan para después matarte lentamente.
Yo estaba dispuesto salvarla de su encierro en la conformidad. Dispuesto a abrirle un ojo con el que pudiera ver que el cielo tiene más tonos que el gris.
Estoy seguro que algún día su sonrisa no será un acto reflejo, una inercia incierta. Ese día, desde lejos la miraré, sonreiré y casi sin aliento me diré: ojalá nos miráramos hoy desde la barra de aquel bar.
Y es que los puzzles no los entiendes hasta que los terminas.
miércoles, 11 de septiembre de 2019
Kamikaze.
martes, 3 de septiembre de 2019
Llegaba septiembre.
Como cada agosto, llegaba septiembre. Como cada agosto, quedan atrás unas cuantas historias que contar, alguna que mejor callar y algún que otro amor que sospecho haber sentido.
Llegaba septiembre y ella (siempre hay un ella en cada uno de mis agostos) empieza a quedarse en un agosto que ya no está. Ella, como agosto, me hizo perder el vértigo, recordándome cosas que creía no haber conocido.
Con el discurso de quien no lo hace aposta, agosto siempre será la mezcla exacta entre antídoto y veneno.
Se va agosto aunque nunca lo acabó de hacer del todo. Como septiembre, que parece que llega siempre tarde para evitar las heridas, pero las cicatriza enseñándonos que el amor no se raciona aunque sepamos que solo dura su mes.
Se va agosto, dejándonos más amaneceres que días, alguna mañana que creo no recordar y el sabor a verano en cada gintonic.
Y es que llegaba septiembre y con cada canción hacíamos un fragmento de nosotros dos.
domingo, 21 de julio de 2019
Me pregunté.
Le quité los tacones, pero se mantuvo a la misma altura. No era cuestión de centímetros. Y me pregunté cómo igualar el vuelo de quien vuela sin alas.
Le quité el vestido y su piel fue mejor que cualquier horizonte. No era cuestión de deseo. Y me pregunté cómo acariciar a quien te acaricia con la mirada.
Le quité más de trescientos millones de besos, pero no me quité las ganas de ella. No era cuestión de cantidad. Y me pregunté cómo sorprender con un beso a quien hace pequeño el cielo con su risa.
Y me pregunté cómo hablarle de tiempo, si solo me salía un para siempre.
lunes, 29 de abril de 2019
El camino hasta tu casa.
lunes, 22 de abril de 2019
Buenos días.
martes, 8 de enero de 2019
Háblame de tu Madrid.
martes, 4 de diciembre de 2018
Ella me sonrió.
lunes, 12 de noviembre de 2018
Me dio por volar.
Me di cuenta que los hombres siempre hemos tenido miedo de las mujeres que vuelan. Antes las denominaban brujas y las quemaban. Hoy las llamamos soñadoras. Pero ya no las quemamos, solo huimos de ellas.
Cobardes. No sé si será miedo a que nos puedan tapar la luna, a que toquen las estrellas antes que nosotros o, simplemente, es el vértigo de tener que volver a ir a ras de suelo.
Y apareció ella y todo cambió. Vuela y vuela alto, que yo estaré a tu lado, disfrutando de tu sonrisa y compartiendo las vistas desde aquí arriba.
martes, 30 de octubre de 2018
La del tequila.
domingo, 14 de octubre de 2018
Prohibiría.
jueves, 27 de septiembre de 2018
No eras consciente.
Quizá pasé por alto que no estabas acostumbrada a mirar a los ojos. Quizá pasé por alto que un par de flores eran mucho más de lo que esperabas.
Quizá no eras tú y era yo. Quizá jugué con ventaja, yo me sabía las reglas y tú no.
Quizá no eras consciente de que me estabas dando mucho más de lo que sabías dar. Quizá no sabía explicarte que una caricia más y tendrías que firmarle un contrato al corazón.
Quizá no eras consciente de que con una mirada tuya morían los segundos no aprovechados.
Quizá no eras consciente, pero estabas dejando de lado los miedos y los fantasmas de tus cicatrices.
Quizá solo te estabas dejando llevar.
Quizá no eras consciente de que el amor dispara a quemarropa.
Quizá no éramos conscientes o quizá si, pero lo que importa es que desnudas mis labios mientras nos buscamos los ojos.
lunes, 24 de septiembre de 2018
Y lo paras.
jueves, 16 de agosto de 2018
Desde tus pestañas.
Al final la caída mide exactamente lo mismo que la subida, así que perdí el miedo a las alturas. Entendí que no hay mejor suicidio que desde tus pestañas.
Siempre deseé volverme una estrella de rock, por la fama y su vida, pero ahora que estás tú solo lo quiero para poder dedicarte cada una de las canciones que hablen de ti.
Incluimos los nervios de la primera cita en las siguientes mil doscientas; aniquilamos las mariposas que intentan adueñarse de lo que sentimos; jugamos con la incertidumbre de no saber si despedirnos con un beso e imitamos a las ganas de vernos nada más irnos.
Los cuentos duran lo que tardas en dejar de creértelos y aquí estamos tan convencidos que los estamos haciendo realidad.
No sé si siempre nos quedará Paris, pero estoy seguro de que nos tuvo envidia cuando nos miramos sobre Montmartre.
Mientras tanto inmortalizaré tu sonrisa, por si un día no te encuentro recordar que hubo un tiempo en el que besaba el cielo.
miércoles, 8 de agosto de 2018
Ejército de superhéroes.
Su día empezaba, el mío terminaba. Ella enloquecía con la luz, yo intentaba enseñarle el encanto de la oscuridad. Reflejaba inseguridad en la mirada, pero se esforzaba en transmitir lo contrario en las palabras. Ocultaba la vulnerabilidad por miedo a que alguien pudiera volver a destrozarla.
Le acaricie el pelo y, sonriendo, le explique que su parte más frágil era su parte más real. Le prometí un ejercito de superhéroes para protegerla y no irme de su cama hasta que se le quitara el miedo. La invité a imaginarse que esa herida que tiene miedo volver a abrir no existía, a que las cosas pueden salir bien y que, a veces, es necesario sufrir un poco para querer de verdad. Ella me hablaba de recuerdos, de dolores y cicatrices. Yo me aprendía de memoria cada una de sus pecas mientras contaba sus lunares. Deseaba que entendiera que el recuerdo de lo malo solo entorpece y que el miedo solo retrasa.
Fue entonces cuando me apretó fuerte la mano y me prometió dejarse llevar.
Y hoy, que vuelve empezar su día y a acabar el mío, visitamos cada noche un par de estrellas nuevas, mientras nos tiramos al vacío con la esperanza de que no nos fallen las alas.
jueves, 2 de agosto de 2018
Física no perfecta.
Contigo en las calles desparecían las esquinas, no había que esquivar semáforos ni esconderse en soportales.
Contigo parecía que nunca iba a llover y que cuando lo hiciera sería tan solo una tormenta de verano. Contigo se acabó tener que escoger, escapar de puntillas y esquivar la luz del sol.
No sé si llegará el futuro o si alguna vez hablaremos en pasado. No sé si jugaré más en otra cama o si alguna vez más llamaré a otra que lleve tu nombre.
Contigo aprendo que lo que más duele es echar de menos lo que no hicimos a tiempo, porque lo que se llevó el tiempo no tengo reloj que me lo recuerde.
Contigo busco la fórmula para convertir los pasos de zebra en colchones y las farolas en velas.
Y así me vuelvo enemigo de lo normal, convirtiéndome en un aliado de lo atípico para entender que la física no siempre será perfecta.