Tienen razón todos aquellos que hablan con frases hechas,
llenas de nada, dando consejos sobre amor basándose en libros, citas sin haber
conocido lo que es irte a dormir con un nudo en el estómago. Y tienen razón, porque
la teoría siempre fue más fácil que la práctica, si no todos empezaríamos trabajando
y acabaríamos estudiando. Es fácil aconsejar sobre la forma correcta de querer,
sobre cómo olvidar, incluso es fácil aconsejar sobre como dejar de sufrir.
Pocas fueron las veces que lleve a la práctica todos estos
consejos de eruditos del amor sin haberlo sentido. Quien sintió el amor nunca
te diría que el tiempo cura todo, porque aunque tengan razón cuando hablas de
tiempo solo lo quieres ver pasar a su lado. Quien sintió el amor nunca te diría
no caigas, no vuelvas a sus brazos, porque cuando hablas de caer solo te viene
a la cabeza el precipicio de sus ojos, cuando hablas de brazos solo piensas en
los tuyos rodeando a esa persona. Cuando te dicen que hay muchas más personas
en el mundo por conocer no se dan cuenta que no necesitas a nadie más que a esa
persona, tu felicidad se refleja en cada una de sus sonrisas.
Pero tienen razón, sus consejos son ciertos, el tiempo cura
las heridas, caer solo nos debilita, sus
brazos nos hacen vulnerables y hay mucha más gente en el mundo por conocer.
Siempre fui muy cabezota, acepto pocos consejos y menos en
este aspecto… Últimamente cuando me aconsejan sobre amor les contesto siempre
lo mismo: “¿alguna vez has visto solo una vez a una persona y sabido que no volverías
a dormir igual sin ella?”. ¿No? Entonces sigan leyendo teorías sin saber lo que significa querer despertarse cada mañana al lado de la misma persona por poco que la conozcas.
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