jueves, 3 de enero de 2013

Querido diario.

Te bates en duelo propio, cargas las pistolas y te enfrentas contigo mismo, es la única forma de superar las cosas, de conocerse mejor.
A veces es duro, sientes algo que no puedes explicar, algo hay dentro de ti que no es normal... Siempre fui un poco cobarde en este aspecto y evitaba enfrentarme a lo que no me gustaba, pensaba en otra cosa y adiós al problema.
Supongo que llega el momento en el que no tienes más remedio, algo no va bien, hay que reinventarse y la única forma es mirar a la cara de lo que pasa y enfrentarte.
Eso hice, las cosas (dicen) tienen siempre un final, yo aposte que este no, pero claramente la banca gano, así que o me enfrentaba al problema o el daño se haría más grande de lo que en un principio era.
Las cosas se acaban, no necesariamente porque se deje de querer, probablemente porque se pierde la ilusión y las ganas, yo la querré siempre, probablemente jamas me olvide de ella pero parece que ha llegado a su fin.
Empezaba escribiendo una reflexión de lucha y acabo confesando mis sentimientos a alguien que no lo leerá jamas. Pero es así, aunque no lo sepa me duele mucho que terminen las cosas y casi más aun me da miedo. No se hasta que punto estoy preparado para vivir sin ella, durante mucho tiempo mi vida fue ella e hile toda una vida alrededor suyo.
Cometí grandes errores que ella no se merece, es tarde para darme cuenta pero se merece a alguien mucho mejor.
Apago la luz. dejo la música puesta para que me hable de ella.
Buenas noches, querido diario.


No hay comentarios:

Publicar un comentario