martes, 19 de abril de 2016

Unos y otros.

Unos cometen el error de creerse enamorados, otros cometemos el acierto de enamorarnos sin que haga falta creérnoslo. Unos viven para volar lo más rápido posible, otros vivimos para compartir vuelo. Unos tienen la certeza de que la felicidad está en todo aquello que tocan, otros tenemos la certeza que la felicidad está en lo que nos traspasa. 
Unos creen que respirar es echar el dióxido que nos sobra, yo creo que respirar es desprenderme del aire que no viene de ti. Unos creen que la gloria está en ser el número uno, otros creemos que la gloria es ser dos. 
Unos creen que el control está en tener todo bajo su mando, otros creemos que no hay nada mejor que no tener mando sobre el descontrol de sentir. Unos creen que el equilibrio es mantenerse en calma, otros creemos que el equilibrio es tenerse en pie hasta en nubes grises. 
Unos creen que la locura está en aquellos que anteponen un corazón al suyo, otros que la cordura es tirarnos de espaldas. Unos creen una exageración gritar a los cuatro vientos un te quiero, otros no lo entendemos en silencio. Unos creen que el tiempo es solo un reloj, otros contamos el tiempo en abrazos.


jueves, 7 de abril de 2016

Vamos a prohibir.

Vamos a prohibir el querer premeditado, los encuentros medidos y las palabras calculadas. Vamos a prohibir las parejas que se olvidan del otro cuando están tumbadas a su lado. Vamos a prohibir los besos desaliñados, los polvos innecesarios y las caricias pasajeras. Vamos a prohibir el amor vacío, la indiferencia ante la soledad y la costumbre de un te quiero.
Vamos a prohibirnos que alguna vez la resta acabe en negativa, vamos a prohibirnos dejar de mirarnos como si no se nos fuera la vida por los ojos, vamos a prohibirnos no sentir que la vida pierde sentido cuando no nos vemos.
Vamos a prohibir el contrabando de lo infinito, vamos a prohibir a los que acaparan lo eterno. Vamos a prohibir la felicidad que no viene para quedarse y al dolor que que no abre los ojos. 
Vamos a prohibir las puertas cerradas y los candados sin llave. Vamos a prohibir los amores sin boda en Las Vegas o sin luna de miel sin salir del cuarto. 
Vamos a prohibirnos que nos gane el poder de una duda, la decisión del orgullo y el argumento de la venganza. 
Vamos a prohibir las estrellas estáticas, la luna apagada y el sol nublado. Vamos a prohibir un sin fin de sin razones, sobre todo las que nos alejen, vamos a prohibir la carencia de motivos y las películas acabadas. Vamos a prohibir el insomnio sin cuento, los abrazos sin nudo en la garganta y el sexo sin argumento. Vamos a prohibir las cartas sin terminar, los problemas sin resolver y la falta de juegos de manos.
Vamos a prohibir los sueños separados y las guerras que no sean de almohadas. Vamos a prohibir a los que no saltan en los charcos y a los que tienen miedo a dejarse llevar.
Ven, vamos a prohibir al que no disfruta y sigamos aplastando al que alguna vez dudo que dos siempre es más que uno.


miércoles, 6 de abril de 2016

El mismo día.

Ella vestía miedos, él la desnudaba. Ella giraba la cabeza, él empezó a mirarla. Ella disimulaba, él la provocaba. Ella le decía dime que crees en esto, él le decía dime todo sobre ti. Ella era frágil, él estaba dispuesto a arreglar cualquier roto. Ella soñaba despierta, él quería enseñarle a coger el cielo con las manos. Ella escalaba hasta improbables, él se volvía equilibrista en inexistentes. Ella volaba sobre imposibles, él pisaba cualquier "no" y juntos dibujaban realidades inesperadas.
Ella regalaba sonrisas, él se endeudaba con el egoísmo al querer darle todo. Ella pegaba la primavera sobre el invierno, él partía en trocitos los días tristes. Ella saltaba sin preguntar si dolería la caída, él jamas pensó en que se caerían. Ella tachaba los "casi" de su vocabulario, él se burlaba de los imposibles. Ella veía en él el abrazo en el que quedarse a dormir, él veía en ella el abrazo que dar todas las noches antes de hacerlo. Ella aprendía a atar pasos de cebra, él a cambiar los semáforos. Ella entendía lo que era un nosotros, él descifraba que significaba un tú y yo. Ella comprendía lo que era sentirse libre con alguien al lado, él empezaba a ser quien quería ser. Ella empezaba a darse cuenta que hay presentes que son para siempre, él que hay futuros anclados al presente. Ella descubría partes que nadie le había tocado, él se aprendía de memoria cada centímetro de su piel. Ella bailaba con sabor a sur, él bailaba al sabor que sus labios quisieran. Ella comprendía que había dolor en la felicidad, él que también se hacen mal las cosas sin querer. Ella se descubría cantando frente al espejo, él cortando flores en los parques. Ella envolvía los días entorno a él, él giraba  las almohadas buscando rastros de su olor los días que no estaba. 
El reloj jugaba sus cartas, el segundero les amenazaba, ellos perdían la noción del tiempo como quien lo pierde al no tener prisa y les explicaban que habían conseguido hacer el mismo día de hoy y mañana.