Así empezó, así jugábamos a querernos imitando a dos tontos vive la vida sin sentimientos mas allá de esa luna. La inseguridad nos impedía mirarnos a los ojos y decirnos: "vamonos, me sobra todo menos tu". Pasaban las horas y seguíamos jugando a hacernos indiferentes con bromas afiladas, juegos de palabras y dobles sentidos.
Doble o nada me dije y de la mano te agarre, envalentonado te ofrecí clases de vuelo intensivas, quedaban dos horas de noche y el sol no nos iba a dar tregua. Yo conocía un amanecer en la luna que te quería enseñar, tu pondrías lo que mis labios querían descubrir.
Como dos locos echamos a correr, Madrid se nos quedaba pequeño y tu eras de aquellas que convertía las horas en segundos... Y amaneció con mis manos en tu cuerpo, maldiciendo al tiempo y su necesidad por arruinar lo que empezó entre chupitos.
"Me tengo que ir", me dijo sin soltarme la mano - "Quédate un ratito mas..." - Sonrió y me beso..- "Mañana nos vemos, hoy ya es tarde..". La luna nos supo a poco.
Al día siguiente volvimos al tira y afloja, a la inseguridad absurda, el miedo a perder lo que no tenemos. Fingiendo superioridad e indiferencia, enredábamos lo que el tiempo y el sol esa noche nos obligaron a terminar.
Me peleaba con el móvil para no decirte que iba todas las noches a buscarte al mismo sitio en el que te desnude.
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