martes, 30 de octubre de 2018

La del tequila.

Me preguntan qué hago tantas noches en la calle y no sé cómo explicarles que solo salgo a buscar la forma de asesinar las noches sin ella. 
A veces me despierto y suelto algún beso que busca su cuello y que,sin embargo, encuentra alguna almohada como destino final. 
Recuerdo que tenía esa magia para alargar las noches, con un par de tequilas más siempre en la boca. Recuerdo que nunca la vi despertarse sin sonreír, ya podía estar matándole la resaca que siempre quería exprimir la vida. 
Recuerdo el lunar de su escote, el hueco en su mejilla al sonreír y el moño que se hacía después de media hora bailando sin parar. 
Sigo dejando los domingos apartados por si vuelve a querer darles vida. Sigo guardando un par de risas por si viene a hacerme reír y una dosis de amor, por si esta vez nos atrevemos. Sigo arrepintiéndome de no haberle dicho nunca que me sirvió siempre de inspiración, sobre todo a la hora de vivir.
Y si alguna vez lee esto, que sepa que, estaré en alguna barra de bar, pidiéndole un par de tequilas, intentando acabar con las noches sin ella.




domingo, 14 de octubre de 2018

Prohibiría.

Prohibiría los días que te duermes antes de soñar, prohibiría las mañanas que te ven sin mi. 
Prohibiría cada caricia que yo no te enseñe a dar, cada recuerdo que no tiene tu nombre.
Prohibiría cosas que ya están prohibidas, pero no por los mismos motivos. 
Prohibiría las miradas furtivas que acaban siendo cobardes. Prohibiría los besos robados que no tienen significado. Prohibiría las mentiras piadosas que se hacen por miedo y no para sacar una sonrisa. 
Prohibiría las verdades que duelen y no enseñan, los piropos al azar y regalar el cielo sin haberlo palpado. 
Prohibiría los tequieros rutinarios, los adioses que son para siempre y los vuelve sin convencimiento. 
Prohibiría la culpa reincidente y las dudas que superan a las razones. 
Prohibiría los días sin ti, pero también sin nosotros. Prohibiría las obligaciones en el amor y usar la libertad como el pretexto que solo esconde un no te quiero. 
Prohibiría los ojos que no te ven y las palabras que no hablan de ti. 
Prohibiría los días que te miras al espejo y no ves lo que veo yo. 
Prohibiría el miedo a dejarse llevar pero sobre todo prohibiría el miedo a que nos guste.